A la caida

A la caida

enero 29, 2013

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Tal y como indica su nombre esta técnica se fundamenta en ir sobre superficie y una vez haber divisado una posible captura, dejarse caer descendiendo hasta tener al alcance al pez.

Este descenso hay que procurar realizarlo lo más sigilosamente posible ya que es indispensable conseguir cierta sorpresa para evitar que la pieza se asuste y huya impidiéndonos realizar un disparo certero
– Esta técnica quizás sea la más practicada por todo principiante ya que no entraña complicación alguna para realizarla. Se trata de localizar un pez y perseguirlo hasta tenerlo en el punto de mira para poder dispararle. Lo más importante de la pesca a la caída es intentar no asustar al pez. Para ello nos veremos obligados a realizar movimientos suaves y lentos. Lo más adecuado es no dirigirnos directamente a la presa, sino tratar de ponernos en un punto próximo y desde allí intentar que se nos coloque a tiro. Para ello en ocasiones será necesario escondernos o incluso realizar pequeñas esperas.- En esta modalidad requiere una serie de movimientos suaves y sin alteraciones que pueda llegar a provocar la huida de nuestra presa a capturar. Todos nuestros movimientos tienen que estar perfeccionados y controlados en todo momento.- Lo primero de todo es tener una buena observación, ya que no siempre vamos a poder de disfrutar de una buena visibilidad, nuestra capacidad de reacción es un papel fundamental frente a nuestra presa al igual que una buena técnica de golpe de riñón que nos ayudara a la hora del ascenso. El golpe de riñón deberá ser lo más discreto posible cuanta menor sea la profundidad a la que se encuentre la presa. Los ruidos innecesarios pueden desencadenar un fracaso. Cuanto más cerca nos encontremos de la presa, percibirán con más claridad los desplazamientos de agua que provoquemos y por consiguiente, se pondrán en actitud de alerta. Los peces frente a nosotros tienen una gran capacidad de reacción, ya que disponen de una buena vista al igual que también son capaces de notar cambios de presión por lo que tendrá en todo momento un perfil de nosotros y que no duraran en emprender la huida inmediata.

– Otro factor importante es evitar en todo momento provocar vibraciones innecesarias como pueden ser excesiva capacidad de lastre, ya que nos provocaría un descenso demasiado rápido. A la hora del descenso lo ideal es llevar el brazo dominante del fusil bien estirado para agilizar el posible tiro a nuestra pieza, como también la mano que nos sobra la llevaremos en la nariz para poder ir compensando mediante realizamos el descenso y así con ello evitaremos movimientos innecesarios.

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