A la espera
Esta técnica se basa en pasar lo más desapercibido posible y permanecer quieto a la espera de que algún pez curioso se acerque a una distancia en donde resulte fácil hacer blanco. Existen diversas variantes a la espera:
- Al depredador: el pescador suele posarse en el fondo marino de forma semi-visible, buscando activar la curiosidad de depredadores como la dorada, lubina o dentón. Rascar la roca o soltar burbujas suelen ser buenas técnicas. No obstante el pescador debe guardarse de hacer movimientos bruscos y debe evitar que el depredador lo considere peligroso.
- Al paso: consiste en reconocer una zona de paso de las presas. El pescador se colocará de la forma más mimética posible para evitar que el pez le vea. Es de vital importancia la aproximación a ese lugar desde un sitio en el que el pez no nos vea.
- En superficie: las anteriores técnicas están limitadas por el tiempo de apnea del pescador. En superficie esta limitación no existe, no obstante es muy difícil colocarse en un sitio en el que el pez no reconozca al pescador y huya.
- En araña: tipo de pesca extrema realizada en alta mar. En esta pesca el pescador se coge a un lastre atado a una boya o embarcación y se deja caer para el fondo. La longitud de la cuerda atada al lastre limíta la profundidad y el pescador se detiene entre 5 y 40 metros, para permanecer inmóvil boca abajo en esa posición. Depredadores pelágicos marinos se lanzarán contra ese “cebo” que les han colocado, momento en que el pescador les disparará. Suele ser utilizado contra medregales, atunes u otros pelágicos.
– Los lugares más adecuados para realizar las esperas son los lugares de paso de los peces, alrededor de una morada y donde se suelen alimentar. Es complicado determinar el lugar correcto de todo esto. Definir un lugar ideal es algo difícil, ya que debemos intentar hacer llegar la presa hacia nuestro fusil. En los fondos de poca profundidad nos será útil un plomo o un peso que sostendremos con la mano libre, para así lograr una mayor inmovilidad y estar más cómodos. Los lugares ideales para la espera son; en grietas o en una zona a la sombra, en zonas muy frecuentadas por musgos al igual que por bastantes piedras o losa en la que podamos deslizarnos. Debemos tener en cuenta el sol, nuestra sombra y las corrientes. Si el agua esta turbia no veremos bien el fondo, con lo cual tenemos que tomar referencias en la superficie para afinar nuestra caída.
– Si el agua esta clara es adecuado y recomendable echar un vistazo alrededor para elegir la postura adecuada, es preferible cambiar la posición o mover el fusil cuando la presa está todavía lejos. Una vez que estemos bien situados en el lugar elegido, debemos relajarnos, la espera es un ejercicio de apnea. Al principio es mejor no escuchar nuestras sensaciones sino más bien distraernos con el entorno; los peces pequeños, detalles del fondo etc. Si actuamos así conseguiremos alargar un poco más nuestra apnea.
– A mayor experiencia y práctica en la espera más encuentros mágicos viviremos. Y más si nos disparamos a menudo. Unos pequeños golpes con la culata del fusil, un ruido con la garganta o pequeñas burbujas pueden atraer a la presa, sobre todo en lugares con aguas turbias o poco frecuentadas. Pero normalmente con nuestra presencia o el simple cambio de comportamiento de la vida que nos rodea serán suficientes. Como mas se acerca, más nervioso y arisco resulta y debemos prestar mayor atención, incluso a los más pequeños detalles. Debemos evitar alterarnos y además nos es bueno para nuestra apnea. Disimular la mirada y prestar atención a cualquier gesto. Cuando una presa se esta acercando lentamente, a veces es ideal dejar de mirarlos y escondernos un poco mas e intentar relajarnos. Con ello conseguiremos algunos segundos de O2 e incluso atraer mas su curiosidad. Siempre es mejor esperar que sea el blanco en acercarse, mas que nosotros a desplazarnos hacia el. Este movimiento, aunque lo realicemos lentamente y sin dar golpes, puede asustar a la presa. Si estamos con algún compañero de pesca, deberá mantenerse en superficie vigilándonos siempre, pero manteniéndose un poco alejado de la zona hacia donde apuntamos con nuestro fusil. Y cabe destacar que nunca deberá descender mientras esperamos.