Pesca profunda
Pesca profunda
Se denomina pesca profunda a aquella que se practica a gran profundidad, usualmente por debajo de los 25 – 30 metros. A esas profundidades entran en escena consideraciones importantes de técnica y seguridad que condicionan en gran medida el tipo de pesca. Además, según alcanzamos cotas más profundas, el pez es más confiado, debido al limitado número de personas que son capaces de acceder a esas profundidades. Entre sus desventajas está el limitado número de inmersiones, debido a los tiempos de espera para evitar problemas de descompresión.
– Deberemos proceder por etapas. Cuando uno empieza a sentirse más o menos cómodo a una profundidad, hay que mantenerse a ese nivel durante cierto tiempo, antes de pensar en aumentar la profundidad. La práctica y la experiencia es el único camino que existe para adaptarse a este tipo de pesca tan exigente. Debemos de repetir y perfeccionar los movimientos hasta que vallamos perfeccionando cada vez más nuestra técnica.
– Una buena gestión del aire nos ayudará a ganar algunos metros. Comenzaremos por una buena ventilación en la superficie, lo más aconsejable es hacerlo boca abajo y con el tubo en la boca, deberemos intentar espirar adecuadamente, también podemos hacer súper ventilaciones fuertes, que se trata de coger bastante aire y expulsarlo repetida mente, esto nos dará numerosas ventajas y segundos de beneficios a la hora de emprender el descenso, pero hay que saber utilizar muy bien esta técnica por que una mala utilización de la misma podría ocasionarnos algún que otro susto. Cuando se empieza por la mañana en frío, deberemos darnos prioridad para reciclar lo mejor posible el aire residual que contenemos en nuestros pulmones. Efectuar 5 ó 6 movimientos respiratorios profundos; la inspiración debe empezar a la altura del abdomen, lo más abajo posible y acabarse a la altura del tórax, lo más arriba posible, siendo la espiración lenta. Con la última respiración intentaremos relajarnos lo máximo posible para sumergirnos.
– – Un buen golpe de riñón constituye también una forma de ganar profundidad. Una vez en el fondo debemos de tener la mente y el cuerpo relajado para consumir la menor capacidad de aire posible.
– – En el momento de la subida no debemos obsesionarnos con la superficie aunque sintamos que vamos justo de aire. Los aleteos efectuados han de ser lentos y constantes, evitaremos mirar hacia arriba excesivamente y nunca aceleraremos cuando estemos cerca de la superficie.
– -Cuando estemos en la superficie nos recuperaremos inspirando sin el tubo, con la cabeza fuera del agua, con ello nos recuperaremos muchos más rápido.
– Nunca debemos olvidar que en esta modalidad en especial, es imprescindible mucha prudencia y ser conscientes de los riesgos que podemos correr, ya que este tipo de pesca es para pescadores experimentados y con bastante experiencia.